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Han pasado más de setenta años desde que Max Horkheimer formuló el programa filosófico y sociológico del Institut como «Teoría Crítica». Axel Honneth, con no menos obstinación que su maestro Jürgen Habermas o Theodor W. Adorno, continúa trenzando y destrenzando los hilos que penden de aquella consigna tal vez paradójica, cabos que se anudan con las prácticas sociales y que transcurren por no pocos ámbitos del saber. Se trata del esfuerzo urgente de quienes en la sociedad del desprecio advierten la emergencia de la barbarie que ya ha acaecido, y sólo se permiten el ejercicio de la razón para escapar de la caverna platónica.